No recuerdo muy bien cuando empecé a dibujar, pero si, que era muy, muy pequeña, mi madre recuerda a menudo, que aparte de dibujar en papel, llegaba del cole con los trozos de tiza blancos o de color, que tiraban los profesores y yo utilizaba la puerta del trastero como pizarra, según cuenta, en esos ratos de creatividad, que eran largos y a menudo, no había niña. En momentos de aburrimiento, tristeza, soledad…, siempre mi refugio, dibujar.
He tocado varias ramas, todas en relación al arte y la artesanía, preparándome en cada una de ellas a conciencia, trabajando con ganas y encantada siempre. He hecho exposiciones cada vez que he tenido y tengo ocasión, fotografía, restauración en madera, escaparatismo, manualidades y dibujo/pintura, que es donde creo que he encontrado, por fin, mi sitio, donde más a gusto me siento y donde doy rienda suelta a mi entusiasmo y creatividad. Siempre que cojo un pincel y me pongo frente al lienzo, lo hago por una necesidad imperiosa, que en la mayoría de las ocasiones, no entiendo ni yo, es como una necesidad interior, algo que sé, que me va a proporcionar una paz de espíritu, una tranquilidad y una emoción personal que no consigo de ninguna otra manera. Desaparece todo lo que me rodea, la concentración me lleva a otra historia, algo muy íntimo, increíble, algo solo para mí … no sé, no lo sé explicar …
Gentes, calles, costumbres… nostalgia, cariño, recuerdo de un tiempo pasado, que es mío, tuyo, nuestro, de todos y para siempre.
Tres lagarteranas
Óleo sobre lienzo en gama de grises 50 x 70 cm.
Pintar este retrato, de un famoso fotógrafo castellano-manchego, fue por petición directa del hijo de una de las modelos de la fotografía, lo hice de una fotocopia de muy mala calidad, estuvo a punto de acabar con mis nervios, pero encontré una foto en internet y pude acabarlo con el resultado que veis y que nos gustó tanto al hijo como a mí.
”Lagartera”
Oleo en lienzo
Esta vista de la subida a la iglesia es casi una seña de identidad del pueblo. Mi idea es hacer otra con la fachada antigua, cuando en lugar de las lagarteranas yendo a misa, con el gatito en el tejado, había una droguería. Es parte de mi juventud y me encantaba la tienda, su olor, su sabor a antiguo, había tantas cosas en ella… Además, el rincón me parece de lo más antiguo, mejor conservado, y más bonito que tenemos.
Dos peldaños (Calle Santa Ana).
Óleo en lienzo sobre madera. 25 x 30 cm, abril 2012.
Los pueblos evolucionan, ellos más despacio, pero poco a poco, también van perdiendo parte de su identidad y una estupenda forma de que perduren en el tiempo es la fotografía y la pintura. Y para mí, las dos artes son estupendas para retener esas imágenes inolvidables de estas calles, donde disfrutamos plenamente en nuestra infancia, juventud y madurez.
Tres agujeros.
Óleo en lienzo sobre madera, 24 x 29 cm
Otra puerta de nuestro pintoresco y querido pueblo, también está en la calle Santa Ana, bajando, en la acera de la izquierda, ya no tiene estos matices, ha perdido mucho de su encanto.
“La gatera”
Oleo en lienzo
Era de esas puertas de mucho tiempo, de siempre, que la gente reconocía sin problema, estaba en el recorrido de las procesiones y nos era totalmente familiar.
La Dalia
Óleo en lienzo sobre tablilla con textura, 25 x 30 cm, octubre 2016.
Uno de tantos bordados lagarteranos que cada día se laboran menos y que dentro de no muchos años, serán reliquias del pasado y he querido que quede reflejado en algunos de mis trabajos para tiempos venideros, para otros ojos, para otras sensibilidades.
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La Plumilla.
Óleo sobre lienzo, 22 x 27 cm.
Es otro de nuestros bordados, quizás uno de los más emblemáticos, que forma parte de nuestro escudo y bandera lagarterana. Un mantel sencillo, pero con ese pequeño detalle para el recuerdo.
Anciana Lagarterana (Petra)
Óleo en lienzo en escala de grises con elementos naturales en color, 35 x 45 cm, diciembre de 2017.
Esta pintura fue el resultado de un reto, es una foto antigua, estaba algo deteriorada y muy oscura. Mi propósito era recuperar una imagen entrañable de mi infancia, de un tiempo ya lejano e irrepetible, donde la sencillez y lo natural eran la esencia de la vida.
Magdalena y Miguel (lagarteranos y hermanos)
Óleo sobre lienzo, 50 x 70 cm.
Es el retrato de una antigua foto de Alison, donde estaban rebosantes de juventud, alegría y belleza, un capricho que se quisieron dar con gusto y según sus palabras, les encantó el resultado.
Niños lagarteranos jugando.
Óleo en lienzo sobre madera, 30´2 x 40´4 cm, agosto 2012.
En mi retina una bonita visión, tierna, llena de color, participación y buena armonía. Ha pasado mucho tiempo de esta imagen, todos ellos ya son adultos, pero sigue despertando en mí, la misma agradable sensación al mirarla, que entonces, cuando hice la foto.
Niño lagarterano (b/n)
Óleo sobre lienzo en escala de grises, detalles de color en cordones de traje típico masculino. 38 x 46 cm, junio 2018.
Tradición, costumbre, algo que viene de muy atrás, se hace para sacar los trajes típicos de los arcones, airearlos y lucirlos, y que no se pierdan esos momentos divertidos y complicados de vestir a los pequeños con ropas que antes eran diarias y ahora solo son para ocasiones importantes.
Niño Lagarterano
Óleo sobre lienzo, 65 x 80 cm.
Este lienzo es de la misma serie que el niño lagarterano en gama de grises, pero aquí ya está totalmente vestido. Era verano, hacía calor y le picaba el pantalón, tenía dos años, hubo que cargarse de paciencia y mimos para que se vistiera, costó mucho trabajo conseguirlo, al final todo salió bien
El Arroyo Zarzal.
Óleo sobre lienzo, 22 x 27 cm
La pintura es mía, la foto de Prado Amor, le pedí permiso para pintarla. Fue un invierno lluvioso y si no recuerdo mal nevó, había humedad, estaba todo verde, incluso los arroyos llevaban buen caudal, limpio y cristalino, era hermoso a los ojos, invitaba a recrearse, fue amor a primera vista.
Sacando agua del pozo
Óleo en lienzo sobre madera, escala de grises con nota de color en los zapatitos de la niña, 39´5 x 48´5 cm, agosto de 2019.
Nostalgia, el paso del tiempo, esos recuerdos que no quieres que se diluyan en nuestra frágil memoria, y el deseo de hacer feliz a una abuela con la entrañable compañía de su pequeña nieta, que después de muchos años de esta imagen, al mirarla, despierta en ella la ternura de un tiempo pasado.
Lagarterana cosiendo con su nieto.
Óleo sobre lienzo 50 x 70 cm.
Para el recuerdo y con todo el cariño, todo un milagro conseguir que el niño estuviera tranquilo un rato. Es diferente a todo lo que he pintado, fue una prueba y me gustó el resultado, así que lo dejé así, es muy personal, volveré a hacer más.
Lagarterana mirando al mar
54 x 73 cm, óleo sobre lienzo
Es una imagen romántica, llena de paz, muy relajante, de hace muchos años, cuando
éramos jóvenes. Antes de empezar a pintar, ya lo tenía en la mente, ya soñaba con llevarla al lienzo, y lo hice y disfruté haciéndolo y me encantó el resultado. Chari, es la modelo.
Paloma Arroyo Oliva, noviembre 2021
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